miércoles, 30 de enero de 2013

Manifesto deprimente o por qué os he abandonado queridos no lectores

Lo admito (básicamente porque hay pruebas, no hay más que mirar la fecha de la última y única entrada) he abandonado el Blog. Pero hay razones de peso, he empezado con los exámenes, gracias a nuestro maravilloso nuevo sistema -sí, habló de Bolonia- tengo que entregar trabajos a punta pala, además he encontrado un medio-trabajo,... Pero me he dado cuenta que el dinero no da la felicidad, sólo seguridad, bueno y caprichos, tampoco me puedo olvidar de que también me da más o menos autonomía, ¡ah! y money para conciertos,... bueno voy a terminar esto que al final va a parecer un sketch de los Monty Python.


Sí, echarle la culpa a este idílico pueblo de vacas italiano. Seguro que si se hubiese hecho la reforma universitaria en otra ciudad, ahora mismo habría colgados en el Blog cientos de entradas.

Estos últimos meses me he sentido inquieta, con quién discuto ¿con los libros? no son buenos conversadores, sólo me cuenta sus monólogos... a quién grito ¿al radiocasete? sube el volumen y soy incapaz de superarle... A quién le cuento las injusticias que veo ¿a la almohada? ya a intentado asfixiarme varias veces, creo que tiene contacto con la CIA... Total, que no me ha quedado  más remedio que volver aquí. Al fin y al cabo, yo le he dado vida, así que no le queda más remedio que escuchar mis desvaríos.

En definitiva, que aquí estoy, de nuevo, con pilas renovadas. Dispuesta, como dije en la entrada de los Rolling Stones, a canalizar todo la agresividad que me causa el mundo.




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